
La concentración es la capacidad para fijar la atención y mantenerla eliminando todo tipo de distracción. Permite prestar la atención necesaria para hacer de forma efectiva tareas de la vida cotidiana y puede ser fundamental en la prevención de accidentes.
Después de la voluntad necesaria, la concentración es la clave para lograr una utilización al máximo de nuestras capacidades mentales. Desarrollar este hábito es fundamental para lograr un mejor resultado en nuestras acciones y en el menor tiempo posible.
Los dolores de cabeza, el cansancio, el estrés y estados bajos de ánimo dificultan lograr un estado de concentración.
Para tomar en cuenta
Al lograr la concentración, la mente y el cuerpo aprenden a actuar juntos, sin malgastar energía física o mental. Para lograrlo es necesario tener en cuenta algunos datos antes de emprender las tareas que requerirán concentrarse.
Descansos: Está estudiado que a partir de 50 minutos este estado comienza a desvanecerse, por lo que es recomendable es desconectarse 10 minutos de la tarea.
Horario: Asimismo, se sabe que la mañana es el mejor momento para conseguir una concentración plena.
Lectura: La lectura habitual ayuda a desarrollar la concentración. Comience la primera sesión con 15 minutos y vaya ampliando el tiempo en cada sesión hasta llegar a los 50 minutos.
Alimentación: Las proteínas (carne, pescado, huevos y legumbres) aumentan el rendimiento intelectual, puesto que son nutrientes elementales de las neuronas. El fósforo (frutos secos, jamón) potencian la concentración porque estimulan y fortalecen el sistema nervioso.
Planificación: concentrarse en el desarrollo de un problema de forma muy concreta, para un espacio de tiempo corto, no más de 30 minutos, favorece la voluntad de concentrarse.
Postura: En lo corporal, los pequeños malos hábitos como entrechocar las rodillas, apretarse los dedos para hacerlos crujir, etc., deben ser desterrados.
Malos hábitos: El quedarse hasta tarde en la cama por la mañana, el malgastar tiempo en la noche, el comer más de lo necesario perjudican la concentración.
Relajación: Al disponerse a una tarea que requiere concentración se debe evitar en lo posible toda excitación corporal y toda tensión nerviosa o muscular.
Establecer rutina: Adherirse a una rutina y cronogramar su tarea de estudiar para que ésta sea eficaz permitirán organizarse y optimizar la disposición mental.
Entorno: Si se trata de estudiar, lo mejor es optar por un ambiente silencioso
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