viernes, 23 de septiembre de 2011

Buenos Aires viceversa 3



POR MARIANO BLEJMAN

Manzana que desluce
El viaje ahora es hacia el interior del microcentro de Buenos Aires. La histórica Manzana de las Luces, en Perú al 200, es el recorrido más turístico de las vistas de ciudad enterrada, sus túneles y parte de su historia. Para entrar, hay que pagar (al menos para los túneles abiertos al público). Pero existen tramos prohibidos en estado de descomposición. Los iluminados oscurecían bajo aquellos adoquines, el primer underground de Buenos Aires. Ahora, por fuera, unas motos mensajeras le dan vueltas a la historia.
¿Por dónde iban los túneles?
–Había, por lo menos, dos túneles de sur a norte atravesados por un tercero, con numerosos chicotes o prolongaciones, para despistar a posibles intrusos en el laberinto. Hay túneles en el Colegio Nacional Buenos Aires, que comparte manzana con este museo y otros que iban hasta la Iglesia San Juan Bautista, San Ignacio y San Francisco. Suponemos que otros iban hasta la Casa Rosada y el puerto; en total, unas 10 cuadras a la redonda –responde una guía.También se cree que en caso de ataque de fuerzas extranjeras, por ellos se llegaba al fuerte (hoy encima está la Casa de Gobierno), por algunos se podía pasar con carretas.
En 1661, la Compañía de Jesús se trasladó a la Manzana desde Plaza de Mayo. Los jesuitas edificaron la zona hasta 1767, cuando fueron expulsados y tuvieron que marcharse con sus secretos. El relevamiento lo inició Héctor Greslebin en 1917 después de haber visto en la antigua Facultad de Arquitectura cómo se hundía ante sus ojos un pedazo del suelo. Construcciones similares se han encontrado repartidas por el mundo, y se supone que era un sistema de defensa. Con el tiempo, se utilizaron también como vías de contrabando de mercaderías y esclavos, que debieron ser pequeñitos.
–Es probable que los túneles hayan comunicado más de lo que nosotros sabemos –dice una guía al cronista–. Aquí cerca se encontró uno que tenía doce esqueletos de ingleses (de las mismísimas Invasiones Inglesas) con sus uniformes colorados y todo.
¿Alguna vez estuvieron habitados?
–Mire, ¿sabe de dónde viene la frase “hacerse la rata”? El Nacional tenía alumnos internados y en época de clases era imposible escapar. Las puertas de los dormitorios estaban cerradas con candados y los alumnos que se escapaban lo hacían por túneles como éstos, llenos de ratas. Se hacían, digamos, las ratas, (hacer novillos)

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