jueves, 10 de julio de 2008

Historias de las calles de Ciutat



La actual calle de la Concepción, antaño comenzaba en la calle de Can Granada –que a su vez era Volta d’En Fuster- , y la travesía del Borne.
El tramo comprendido entre Can Granada y Font del Sepulcre, se denominaba carrer de Ca Dona María.
Desde la Font del Sepulcre, hasta su confluencia con las calles San Martín y Cavallería,
Calle de la Font del Sepulcre. Desde éstas últimas calles, hasta su encuentro con Piedad y Bonaire, calle Concepción y a partir de ese punto, hasta el final, carrer dels Sitjar.
Otros nombres: Monedería; Convent de la Concepciò; Monjas de la Concepción; Iglesia del Sepulcro y Pedro Abrines.
La Font del Sepulcre, otrora era un elemento aislado, consistía en un templete sostenido por columnas cuadradas y arcos apuntados, , toda abierta y de acceso libre, para que la gente pudiera hacer uso público de ella.
A la fuente le viene el nombre del templo que había en la esquina de la calle Cavallería. –hoy Forn de la Concepciò y antes Forn del Donat-. Esta iglesia ocupaba el solar de una antigua mezquita, que correspondió en el reparto posterior a la conquista de la isla, por Jaime I, a la porción de Ramón de Montcada. A la muerte de éste, su esposa la princesa de Aragón, Doña Constanza, hermana del propio rey y su hijo, Gastón de Bearn, se la donaron en 1232, a la orden del Santo Sepulcro.
Posteriormente en 1280, el Prior de ésta orden para Cataluña y Mallorca, Fray Raymundo de Vilanta, se la vendió al rey de Mallorca, Jaime II y éste a su vez, la cede a su privado Guillermo Puigdorfila, el 2 de abril de 1281.
Con el paso del tiempo, la iglesia se fue derruyendo y en 1843, carroce al culto, pasando a transformarse en una serrería y almacén de maderas; ésta industria se quemó, pasando a ser propiedad del estado, que la vendió a un particular.
El Cristo que había en el templo, se llevó a la iglesia de San Jaime y en 1990, al monasterio de las Capuchinas.
La calle Concepción, llamose del Sepulcro, sin embargo, a partir del S XVII, comenzose a llamar Concepción, cuando se inició la construcción del monasterio de monjas Agustinas, de igual nombre.

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