martes, 7 de abril de 2009

Alfonsín,, uno de los Presidentes más importantes de la historia Argentina, ha fallecido



Hace pocos días ha fallecido un estadista, el ex Presidente Don Raúl Alfonsín.
Gobernó con provincias en contra, con el senado en contra, con la cúpula sindical en contra, con la oligarquía en contra con la patria contratista en contra, con los medios de comunicación privados en contra, con la estructura productiva en contra, con los militares en contra. Y supo construir la República, con el mismo tesón con que lo hizo a comienzos de siglo el Dr. Yrigoyen, instaurando un Estado de Bienestar que él llama 'Estado Legítimo', entendido como la plena complementación entre libertad e igualdad.
"El no impulsó las leyes de obediencia debida y punto final para salvar a su gobierno sino para salvar a la democracia, no cedió en sus convicciones cuando invitó a un representante de la vieja corporación sindical a formar parte de su gabinete y no habilitó la reelección de Menem para reposicionarse internamente ni para sellar el bipartidismo mediante módicas concesiones (el tercer senador por la minoría), sino para evitar una Constitución aún peor que la que finalmente se sancionó. Alfonsín era tan querido que no tuvo que resignarse a que Fernando de la Rúa (al que, por supuesto, siempre admiró) fuera el candidato presidencial de la Alianza, y el amor popular era tal que no perdió con Eduardo Duhalde la elección de senadores del 2001," dice José Natanson.
Y agrega "Desde un Néstor Kirchner que quiere conectar con la memoria del primer peronismo a un Hugo Chávez que resignifica a Bolívar en clave izquierdista (ha llegado a decir que El Libertador no fue comunista porque no le dieron los tiempos). No hay que escandalizarse ante los intentos de apropiación de la figura de Alfonsín que recorren los sets de televisión, pero asombra la liviandad con la que incluso sus protagonistas recuerdan momentos que fueron muy duros y conflictivos. Cada uno tiene el Alfonsín que quiere y sólo el tiempo dirá qué Alfonsín se merece."




En un momento muy especial de nuestro país dijo: ""Reestablecimos la libertad de las personas, de la justicia, de la educación, de la cultura, de la prensa, de los sindicatos y la política. En cada una de estas reparaciones debimos enfrentar la resistencia, el encono y hasta el sabotaje no sólo de quienes le impusieron al país una concepción autoritaria, sino también de los sectores agredidos en sus privilegios por la democracia.
Siempre he sostenido que llegaba más lejos la acción de todo un pueblo convencido de su obrar que el acto solitario del gobernante por genial que pareciera. Esa era la superioridad histórica de la democracia sobre el autoritarismo.


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