jueves, 20 de diciembre de 2007

Sobre el aloe vera



Una de las plantas curativas más completas, acompaña al hombre desde hace miles de años. No solamente cura nuestro cuerpo, también tiene efectos sobre nuestro espíritu y nuestra alma y en culturas antiguas era un componente im¬portante de muchos rituales y ceremonias. Debido a su gran poder curativo, el aloe es venerado por muchos pueblos como planta sagrada. En la región del Himalaya se le llama Kumari (diosa viva) y en México Sábila (chamán sabia). Para muchos pueblos indios el aloe forma parte de las plantas sagradas que son veneradas como dioses. Desde la antigüedad se utiliza el aloe para sahumerios mágicos. Se le adscribe al pla¬neta Mercurio y a los dioses egipcios Isis y Osiris. El aloe debe despertar el espíritu y llamar la atención de los dioses hacia aquel que lo usa.
Las aplicaciones de los indios americanos de la planta del aloe vera para fines me-
dicinales fueron comprobadas y demostra¬das en numerosos estudios en las univer¬sidades estadounidenses entre los años 1930 y 1950. Las aplicaciones en las que se usa el gel extraído del interior de la hoja refuerzan el sistema inmunológico, desintoxican y abastecen al cuerpo con más de 400 sustancias y microsustancias nutritivas (vitaminas, minerales, polisacári-dos, aminoácidos, encimas y muchas otras). En las aplicaciones externas, favorece considerablemente la regeneración de las células, tiene unas excelentes propiedades hidratantes y curativas y efectos antisép¬ticos e inhibidores de hongos. En el antiguo Egipto no sólo se le atribuía poderes medicinales sino también místicos. Se utilizaba para embalsamar y se ponía en las tumbas de los faraones como símbolo de la renovación de la vida y como provi¬siones para el camino hacia el reino de los muertos.
Como hombres somos seres trimembres; cuerpo, alma y espíritu. Para un desarrollo sano y razonable hay que estimular y cuidar los tres aspectos.
El cuidado de nuestra alma se ha quedado corto en nuestra cultura El aloe está en contacto con nuestra alma. Pertenece a las poquísimas plantas que poseen todos los colores del arco iris en su aura. En todas las culturas en las que estaba arraigada el aloe pertenecía a las selectas plantas sagradas, era venerada y formaba parte de las ceremonias sagradas. Nos hace bien a los hombres tener una planta aloe cerca de nosotros, aunque sea en una maceta en la casa. No hace falta comprender analíticamente lo que pasa para aprovecharnos de sus efectos positivos. Pasado un tiempo se creará un lazo entre nosotros y el aloe. De aquí surgen los efectos positivos en aspec¬tos como depresiones, ansiedad y otras disonancias anímicas. También tomando el gel del aloe, es decir, aplicándolo de forma interna, tiene efectos no sólo sobre nuestro cuerpo, sino también sobre el alma a través de las energías ele¬mentales.
La planta del aloe, cuyo metabolismo se basa principalmente en la luz solar (fotosíntesis) tiene una capacidad especial de almacenar luz y puede devolver al cuerpo humano en forma de alimento los biofotónes almacena¬dos.
El suministro de estos biofotones, es decir de energía lumínica, es para el hombre tan importante como la ingestión de sustancias nutritivas y vitales.
Pero sólo los productos de origen biológico contienen biofotones, por lo que aventajan a todos los productos de sustancias vitales obtenidos sintéticamente. El contenido de biofotones es de gran impor¬tancia para catalogar la valencia biológica y bioenergética.
A parte de la intensidad de la irradiación solar es también fundamental la producción ecológica y la cuidadosa elaboración para que haya un alto contenido en biofotones. La planta del aloe vera, legendaria desde hace miles de años y que solamente encuentra las condiciones óptimas de crecimiento en regiones cálidas y soleadas cercanas al ecua¬dor, no puede ser cosechada hasta después de unos 2-3 años, es decir, que lleva en ella la energía luminosa de 600-800 días de sol. ¡Por ello es la planta ideal para almacenar luz| Este factor, junto con las numerosas sustancias vitales contenidas en la pulpa de sus hojas, es una razón fundamental de su gran eficacia.

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